Este lugar es bastante conocido por la cantidad de fenómenos extraños que cuentan que ocurren en él, desde apariciones de misteriosos seres hasta avistamientos de OVNIS. Actualmente, si visitamos el barranco podemos encontrar un inmenso paraje de vegetación y unas viejas minas abandonadas incluso con la maquinaria aún montada.
El Barranco de Badajoz y la niña de las peras
Una de ellas -y la más conocida- de estas historias del Barranco de Badajoz es la de la niña de las peras:
Nos remontamos a los primeros años de 1900. Se cuenta que los padres de una niña enviaron a su hija al barranco en busca de fruta pero ésta desapareció y no volvió a su casa. La zona fue rastreada completamente por vecinos y amigos de los padres, los cuáles desesperados buscaban a su hija sin encontrarla por ningún lado. Finalmente, desanimados, la dieron por desaparecida.
Varios años más tarde, la niña regresó a su casa, asombrosamente con el mismo aspecto que tenía al marcharse aquel día a buscar fruta, como si los años no hubieran transcurrido para ella. La niña contó a sus atónitos padres que había llegado al barranco buscando la fruta que sus padres le habían encargado y se quedó dormida al pie de un peral. Allí fue despertada por un ser muy alto vestido de blanco.
Varios años más tarde, la niña regresó a su casa, asombrosamente con el mismo aspecto que tenía al marcharse aquel día a buscar fruta, como si los años no hubieran transcurrido para ella. La niña contó a sus atónitos padres que había llegado al barranco buscando la fruta que sus padres le habían encargado y se quedó dormida al pie de un peral. Allí fue despertada por un ser muy alto vestido de blanco.
Contó la niña que este ser no le inspiró ningún miedo, y accedió a seguirle cuando se lo pidió. La niña acompañó al ser blanco hasta el interior de una cueva en la que habían unas escaleras por las que descendieron hasta llegar a una especie de jardín en el que habían más seres como él.Finalmente el ser la acompañó de nuevo a la entrada de la cueva y se despidió de ella, que recogió las peras y fue camino a su casa. Ella pensaba que sólo habían pasado unas horas, sin embargo habían pasado más de 20 años.